"El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de burdel" (Federico Fellini)
En concordancia con una política de estado que prioriza y fomenta la cultura como gran valor social, el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación, ha sido creado, a través de una ley nacional, para promover la industria cinematográfica argentina. Una de los aportes fundamentales de esta institución es la de otorgar subsidios, sumas grandes de dinero, a los realizadores locales. Los cineastas Flavio Nardini y Edgardo Cabeza cuentan cómo lograron financiar algunos de sus proyectos.
Según el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) el costo de una película nacional de presupuesto medio es de $2.300.000. ¿Si el film justifica los medios? En ésta odisea, la cantidad de vil metal disponible condiciona la calidad final de un largometraje. Por eso, los realizadores deben hacer verdaderos malabares financieros para cumplir el objetivo: encontrar productoras interesadas, inciar un egorroso camino sin fin hacia el subsidio estatal, o apostar al todo o nada en pos del éxito artístico.
Flavio Nardini, director y guionista de Regresados (2007), largometraje tragicómico que cuenta con las participaciones especiales del último gran humorista popular Diego Capusotto y el experimentado Roberto Carnaghi, dice al respecto: “El INCAA hasta ahora ha apoyado a todo el cine nacional. Con toda las contras, burocracia e incoherencias que tiene, no deja de ser la única fuente de recursos del cine nacional, tanto como para las películas de (Juan José) Campanella, como para las independientes”.
Según el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) el costo de una película nacional de presupuesto medio es de $2.300.000. ¿Si el film justifica los medios? En ésta odisea, la cantidad de vil metal disponible condiciona la calidad final de un largometraje. Por eso, los realizadores deben hacer verdaderos malabares financieros para cumplir el objetivo: encontrar productoras interesadas, inciar un egorroso camino sin fin hacia el subsidio estatal, o apostar al todo o nada en pos del éxito artístico.
Flavio Nardini, director y guionista de Regresados (2007), largometraje tragicómico que cuenta con las participaciones especiales del último gran humorista popular Diego Capusotto y el experimentado Roberto Carnaghi, dice al respecto: “El INCAA hasta ahora ha apoyado a todo el cine nacional. Con toda las contras, burocracia e incoherencias que tiene, no deja de ser la única fuente de recursos del cine nacional, tanto como para las películas de (Juan José) Campanella, como para las independientes”.
Cuando de ganar dinero se trata, el cine local no es garantía de éxito. Sólo un puñado de producciones (que, generalmente, gozan del bénefico capital extranjero) alcanzan el rédito deseado. Se trata de un cine comercial que en general no arriesga desde lo artístico y que apunta al efectivismo de fórmulas que caben en el paladar "popular", y así captar los millones de espéctadores que se necesitan para que el asunto empiece a facturar.
Pero la realidad demuestra que a la mayoría de nuestro cine el público le da la espalda. Salas vacías o poco habitadas, entradas en oferta, demuestran que los realizadores, o los menos ingenuos, saben que deben luchar contra todos los males de ese hermoso mundo llamado cine, donde conviven incómodamente la pasión y el negocio.
Las posibilidades financieras más razonables al alcance de cualquiera son las de pedir subsidios o créditos que ofrece el INCAA, la fuente de recursos más importante de la industria local, que otorga su apoyo siempre y cuando el proyecto sea declarado de interés; asociarse con una gran productora o con otras más pequeñas que estén dispuestas a invertir un poco cada una; formar cooperativas o fideicomisos financieros, o pedir algún tipo de crédito bancario -con todo el riesgo personal que esto implica-.
(continúa en parte II)
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